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Un grupo de cien personas se prepara para liderar una marcha en Marte, Ecuador, exigiendo a las autoridades ecuatorianas que se unan a la discusión sobre una consulta popular realizada hace un año. Esta consulta podría resultar en la extracción de petróleo en una región de la Amazonía habitada por pueblos indígenas, incluidos dos grupos en asilo voluntario.
Alicia Cahuiya, líder del pueblo Waorani, declaró en un emotivo discurso frente a los manifestantes que los ecuatorianos votaron durante un año para «mantener el petróleo bajo tierra y preservar el futuro del Yasuní». Criticó al gobierno por no respetar el compromiso de Ecuador con la Amazonía.
Además, mencionó que un representante de su grupo fue designado en una comisión para bloquear las actividades petroleras en el Parque Nacional Yasuní. Durante la protesta, un médico waorani fue agredido simbólicamente con plumas y piel de animales, mientras mujeres cantaban en su lengua materna frente al Ministerio de Energía.
En la consulta popular del 20 de agosto de 2023, el 58,99% de los votantes se opuso a la extracción de recursos en Yasuní. La Corte Constitucional otorgó al gobierno un año para retirar la infraestructura petrolera en la zona conocida como Yasuní ITT.
En los últimos diez años, se han extraído alrededor de 57.000 barriles de crudo al día en Yasuní, generando aproximadamente 1.200 millones de dólares anuales para las arcas del estado, según datos oficiales.
Los Tagaeri y los Taromenane, dos comunidades indígenas en asilo voluntario, viven en la región y evitan el contacto con la cultura occidental, moviéndose libremente por la selva. El Yasuní fue designado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1989.
Zenaida Yasacama, vicepresidenta de la Confederación de Naciones Indígenas, enfatizó la importancia de escuchar las voces de los defensores de la naturaleza, destacando que su lucha no es temporal, sino un compromiso de por vida.
El ministro de Energía, Antonio Gonçalves, anunció planes para cerrar el campo petrolero y trabajar con Petroecuador en un plan de expansión y desmantelamiento. Sin embargo, se prevé que esta acción pueda retrasarse entre tres y cinco años debido a su complejidad.
Ecuador depende en gran medida de la actividad petrolera, que aporta alrededor del 30% de sus ingresos. La protesta y las preocupaciones de los pueblos indígenas resaltan la delicada situación entre la preservación ambiental y la actividad extractiva en la región del Yasuní.
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